Tela de lenguas mallorquina, lo último en decoración para el verano
09 Juli, 2024
La encontrarás en bolsos, carteras, colgantes, pero también en delantales para la cocina, manteles, cubre mesas… La tela de lenguas mallorquina se solía utilizar para hacer cortinas y cojines, pero poco a poco su uso se ha convertido en moda, no sólo dentro de la cocina en el mundo de los complementos, sino también como decoración del hogar, especialmente en verano.
Este tejido presenta el mismo diseño idéntico por las dos caras, y siempre es de formas geométricas muy sencillas y difuminadas. Se utilizan colores vivos de todo tipo, aunque, antiguamente, predominaban las de color azul que se extraían del índigo natural.
En Mallorca esta tela se la conoce como “roba de llengües” o ropa de lenguas, y es todo un ejemplo de cómo un producto artesano puede reinventarse y transformarse para darle muchos más usos de los imaginados, sin perder su auténtica naturaleza.
Lo último en decoración de verano con tela de lenguas mallorquina
La modernidad se ha impuesto con fuerza y ha decidido recuperar la tela de lenguas para utilizarla en todo tipo de actuales decoraciones, tanto de interior como de exterior de una vivienda.
Hoy en día las terrazas se visten con estos tejidos de múltiples colores, ya sea en tumbonas, bancos, sombrillas… Y no sólo vemos las lenguas sobre la tela. Muchos diseñadores y decoradores utilizan los motivos de esta típica tela para pintar paredes, decorar macetas o crear preciosas baldosas con las que formar un camino en el jardín, o colgar en la pared para darle un toque más mediterráneo.
En interiores tampoco existen las barreras: desde vajillas completas que usan las formas flamígeras para destacar sobre las demás, hasta cuencos, jarros, floreros e incluso artículos de baño.
Las habitaciones se decoran con telas mallorquinas y las ventanas muestran al viento los colores de la isla.
El origen de la tela de lenguas mallorquina: el Ikat
La tela de lenguas mallorquina se fabrica en los telares de la isla desde tiempos inmemoriales. La técnica que se utiliza tiene miles de años y se conoce con el nombre de Ikat. Su origen es oriental y se basa en el teñido de los hilos antes de tejerlos.
Gracias a La Ruta de la Seda, este tejido llegó a Europa y vivió una temporada dorada en Francia, donde gozó de una gran popularidad. Pero la Revolución Francesa hizo que muchos artesanos huyeran a Mallorca buscando refugio, y con ellos trajeron la técnica del Ikat y todos los secretos para elaborar y colorear las telas.
Recibe su nombre por las lenguas, que recuerdan a sus homónimas de fuego en llamaradas, también conocidas como flamígeras. Para conseguir estas formas, el artesano tiene que atar las hebras de algodón encerado y dar el color a la tela según el diseño previsto. La cera hace que la pintura sólo afecta a las zonas definidas.
Es un proceso bastante complicado porque hay que atar exactamente el lugar concreto para que aparezca el dibujo, y, con la utilización de varios colores, o con formas mucho más abstractas, aún se complica más
Con esta tela se tapizaban muebles, se utilizaba como revestimiento de las paredes de las grandes casas señoriales mallorquinas del siglo XVIII, o se elaboraban fundas para cojines y pantallas de lámparas, entre otros usos.
El año 2022 fue crucial para este tipo de tela porque es cuando se hizo un hueco importante en el mundo del diseño, en todas sus variantes.
De las casas mallorquinas a los diseños de todo tipo
Las casas mallorquinas han sabido aprovechar muy bien el tirón y las posibilidades de la tela de lenguas: es fresca, alegre, moderna pese a la antigüedad de su existencia, y muy versátil. Ahora, además, se puede encontrar en una gran variedad de objetos.
Las revistas de moda, interiorismo y decoración las muestran como una opción destacable para proyectos que busquen un nuevo aspecto o deseen recuperar una parte del aire mediterráneo.
Firmas como Gucci, Marc Jacobs, Dries Van Norten o Balenciaga las han subido a las pasarelas, incluyéndolas en sus colecciones, salones de alta costura y talleres de diseñadores e interioristas de todo el mundo.
En Mallorca aún es posible ver alguno de los talleres en los que se fabrica la tela de lenguas. Para ello hay que visitar Pollença, Lloseta o Santa María del Camí, pueblos con mucho encanto y en los que se puede pasar un día diferente y muy entretenido.
La tela de lenguas, además, sigue reinando en los mercados semanales de Mallorca, donde se encuentra a metros, o al por mayor para poder darle el uso que se precise en cada caso, o donde se pueden comprar todo tipo de artículos que tienen como motivo principal este tejido de origen oriental, traído por artesanos franceses a la isla, en pleno siglo XVIII.